MODERNISMO HISPANOAMERICANO
El modernismo fue un movimiento literario que tuvo su origen en Hispanoamérica en 1885 y se extendió hasta 1915 aproximadamente. Desde Hispanoamérica llegó a España, lo que lo convierte en el primer movimiento en invertir el flujo de las influencias estéticas.
Fue conocido gracias al gusto por el refinamiento expresivo, la búsqueda de la sonoridad del lenguaje y la pretensión de cosmopolitismo. Sin embargo, no fue un movimiento unificado con programa. Más bien representó el espíritu de una época que inspiró a muchos escritores de diferentes países quienes, sin conocerse entre sí, se encontraron en una nueva manera de tratar la palabra.
Características del modernismo
- Cosmopolitismo: Uno de los aspectos que caracterizó al modernismo fue su vocación cosmopolita, es decir, su apertura al mundo. Para Octavo Paz, este cosmopolitismo hizo redescubrir a los escritores otras tradiciones literarias, entre ellas, el la del pasado indígena.
- Influencia del simbolismo: El modernismo compartió algunas características con el simbolismo, como el uso de símbolos y metáforas para expresar ideas abstractas y estados de ánimo. La musicalidad y el simbolismo eran componentes clave de la poesía modernista.
- Preocupación por la belleza y el arte: Los modernistas eran amantes de la belleza y buscaban la perfección artística en sus escritos. Valoraban el arte por el arte y a menudo se enfocaban en la forma y la estética.
- Uso de la mitología y lo mítico: Los modernistas incorporaban elementos mitológicos y simbolismo en sus obras, lo que les permitía explorar temas universales y espirituales.
- Renovación de la métrica y el ritmo: Los modernistas experimentaron con la métrica y el ritmo, creando nuevas formas poéticas y versos libres. Buscaron la armonía y la musicalidad en sus versos. Los poetas modernistas más destacados incluyen a Rubén Darío, José Martí, Amado Nervo, Alfonsina Storni, entre otros. El modernismo tuvo un profundo impacto en la poesía en español y dejó un legado duradero en la literatura hispanoamericana.
Algunos de los poetas modernistas más importantes
- Rubén Darío (1867-1916) es la mayor figura modernista.
- José Martí, gran prosista en su Diario, escribió varios libros de poesía: Ismaelillo (1882), Versos libres (1882), Versos sencillos (1891). A veces con tono visionario a lo Whitman, a veces en verso libre y con expresión sencilla, canta a la naturaleza y al hombre con imágenes de gran originalidad.
- Amado Nervo (1870-1919), mexicano, evoluciona desde el panteísmo al sentimentalismo, con el amor como tema fundamental.
A continuación haremos un análisis de de uno de los autores más destacados del modernismo hispanoamericano, Rubén Darío
Biografía
Azul es el punto de inicio del modernismo hispanoamericano. En la primera edición, el poemario estuvo conformado por 18 breves cuentos en prosa y 7 poemas. En 1890 apareció la segunda edición en la que se suman 9 sonetos y otros cuentos; además de una carta del escritor Juan Valera, a modo de prólogo, que contiene juicios elogiosos como: "el carácter cosmopolita de sus escenarios y el tono afrancesado dentro de unas líneas perfectamente castellanas; y, sobre todo, que esto se haya logrado por un joven de 20 años, que apenas ha puesto el pie sino en unas pocas repúblicas hispanoamericanas".
La originalidad de Azul radica, entre otras cosas, en la atracción de elementos estéticos y de estilo desde otras literaturas y culturas, especialmente de Francia. Esto permite que los poemas y cuentos se enriquezcan con un amplio vocabulario y variadas imágenes, lo que determina un particular estilo del texto.
A continuación mostraremos algunos fragmentos de cuentos y poemas junto con una breve interpretación de cada uno.
Cuentos
El sátiro sordo
"Habitaba cerca del Olimpo un sátiro, y era el viejo rey de su selva. Los
dioses le habían dicho: "Goza, el bosque es tuyo; sé un feliz bribón, persigue ninfas
y suena tu flauta". El sátiro se divertía.
Un día que el padre Apolo estaba tañendo la divina lira, el sátiro salió de sus
dominios y fue osado a subir al sacro monte y sorprender al dios crinado. Este le
castigó tornándole sordo como una roca. En balde en las espesuras de la selva llena
de pájaros se derramaban los trinos y emergían los arrullos. El sátiro no oía nada.
Filomela llegaba a cantarle sobre su cabeza enmarañada y coronada de pámpanos,
canciones que hacían detenerse los arroyos y enrojecerse las rosas pálidas.
El
permanecía impasible, o lanzaba sus carcajadas salvajes y saltaba lascivo y alegre
cuando percibía por el ramaje lleno de brechas alguna cadera blanca y rotunda que
acariciaba el sol con su luz rubia. Todos los animales le rodeaban como a un amo a
quien se obedece.
A su vista, para distraerle, danzaban coros de bacantes encendidas en su
fiebre loca, y acompañaban la armonía, cerca de él, faunos adolescentes, como
hermosos efebos, que le acariciaban reverentemente con su sonrisa; y aunque no
escuchaba ninguna voz, ni el ruido de los crótalos, gozaba de distintas maneras. Así
pasaba la vida este rey barbudo que tenía patas de cabra.
Era sátiro caprichoso.
Tenia dos consejeros áulicos: una alondra y un asno. La primera perdió su
prestigio cuando el sátiro se volvió sordo. Antes, si cansado de su lascivia soplaba
su flauta dulcemente, la alondra le acompañaba..."
Interpretación: En muchas ocasiones aquellos que son capaces de crear arte se enfrentan a la cruel realidad de un mundo que no los aprecia, que muchas veces hace oídos sordos para no brindarles apoyo
El rey burgués
"Había en una ciudad inmensa y brillante un rey poderoso, que tenía trajes
caprichosos y ricos, esclavas desnudas, blancas y negras, caballos de largas crines,
armas flamantísimas, galgos rápidos y monteros, con cuernos de bronce, que
llenaban el viento con sus fanfarrias. ¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el Rey
Burgués.
Era muy aficionado a las artes el soberano, y favorecía con gran largueza a sus
músicos, a sus hacedores de ditirambos, pintores, escultores, boticarios, barberos y
maestros de esgrima(...)
Un día le llevaron una rara especie de hombre ante su trono, donde se hallaba
rodeado de cortesanos, de retóricos y de maestros de equitación y baile.
-¿Qué es eso? -preguntó.
-Señor, es un poeta (...)
El rey interrumpió:
-Ya habéis oído. ¿Qué hacer?
Y un filósofo al uso:
-Si lo permitís, señor, puede ganarse comida con una caja de música; podemos
colocarle en el jardín, cerca de los cisnes, para cuando os paseéis.
-Sí -dijo el rey; y dirigiéndose al poeta-: Daréis vueltas a un manubrio:
Cerraréis la boca. Haréis sonar una caja de música que toca valses, cuadrillas y
galopas, como no prefiráis moriros de hambre. Pieza de música por pedazo de pan.
Nada de jerigonzas ni de ideales. Id (...)
Y el infeliz, cubierto de nieve, cerca del estanque, daba vueltas al manubrio para
calentarse, tembloroso y aterido, insultado por el cierzo, bajo la blancura implacable y helada, en la noche sombría, haciendo resonar entre los árboles sin
hojas la música de las galopas y cuadrillas; y se quedó muerto, pensando en que
nacería el sol del día venidero, y con él el ideal... y en que el arte no vestiría
pantalones, sino manto de llamas de oro... Hasta que el día siguiente lo hallaron el
rey y sus cortesanos, al pobre diablo de poeta, como gorrión que mata el hielo, con
una sonrisa amarga en los labios, y todavía con la mano en el manubrio.
¡Oh, mi amigo!, el cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Flotan brumosas y
grises melancolías...
Pero, ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo! Hasta
la vista."
Interpretación: Critica a aquellos que poseen poder y recursos económicos y creen que por ello tienen derecho a rebajar a los demás. Así mismo nos presenta como aquellas personas con talento deben dejar de lado sus habilidades y gustos para conformarse con un trabajo horrible que solo les provee para "no" morir de hambre pero que no nutre su alma y al final mueren frustrados y olvidados.
La ninfa
"Un grupo de amigos artistas está reunido en un castillo, propiedad de Lesbia, una actriz. Todos se encuentran sentados en torno a la mesa, luego de la comida, bebiendo licor y conversando. Hablan acerca de un escultor y de sus obras, cuando Lesbia interrumpe y dice que a ella le gustaría que los sátiros de bronce cobraran vida para hacerlos sus amantes o, mejor aún, un centauro. El sabio gordo irrumpe para decir que los sátiros y los centauros han existido realmente y que muchos escritos antiguos de autores prestigiosos, entre ellos San Jerónimo y Alberto Magno, lo documentan. Lesbia se ríe a carcajadas de la argumentación del sabio obeso. El poeta, que es el narrador del cuento, expresa que a él le gustaría que las ninfas fueran reales para contemplar su desnudez en el medio de los bosques. Lesbia le dice al poeta, en voz muy baja, que las ninfas existen y que él las verá. Otro día, durante la primavera, el narrador está caminando por los jardines del castillo, disfrutando de las bellezas naturales y la ornamentación. De repente, oye un ruido cerca del estanque y se acerca para ver qué es. En el centro del estanque, ve una verdadera ninfa, sumergida hasta la cadera en las aguas cristalinas. De repente, la ninfa escapa, recoge sus cabellos y sale corriendo entre los árboles hasta que el poeta la pierde de vista. Más tarde, el poeta se reúne con el grupo de amigos para almorzar. Lesbia irrumpe en la conversación del grupo para revelar que el poeta finalmente ha visto una ninfa. Todos la miran asombrados. Ella mira al poeta y se ríe como si le hicieran cosquillas."
Interpretación: El cuento destaca la idea de que la juventud y la belleza son pasajeras, y que la búsqueda de la perfección estética es en vano. La ninfa representa la fugacidad de la vida y la imposibilidad de retener lo que es temporal.
Poemas
A un poeta
Nada más triste que un titán que llora,
Hombre-montaña encadenado a un lirio,
Que gime fuerte, que pujante implora:
Víctima propia en su fatal martirio.
Hércules loco que a los pies de Onfalia
La clava deja y el luchar rehusa,
Héroe que calza femenil sandalia,
Vate que olvida a la vibrante musa.
¡Quién desquijara los robustos leones,
Hilando esclavo con la débil rueca;
Sin labor, sin empuje, sin acciones;
Puños de fierro y áspera muñeca!
No es tal poeta para hollar alfombras
Por donde triunfan femeniles danzas:
Que vibre rayos para herir las sombras,
Que escriba versos que parezcan lanzas.
Relampagueando la soberbia estrofa,
Su surco deje de esplendente lumbre,
Y el pantano de escándalo y de mofa
Que no lo vea el águila en su cumbre.
Bravo soldado con su casco de oro
Lance el dardo que quema y que desgarra,
Que embiste rudo como embiste el toro,
Que clave firme, como el león, la garra.
Cante valiente y al cantar trabaje;
Que ofrezca robles si se juzga monte;
Que su idea, en el mal rompa y desgaje
Como en la selva virgen el bisonte.
Que lo que diga la inspirada boca
Suene en el pueblo con palabra extraña;
Ruido de oleaje al azotar la roca,
Voz de caverna y soplo de montaña.
Deje Sansón de Dalila el regazo:
Dalila engaña y corta los cabellos.
No pierda el fuerte el rayo de su brazo
Por ser esclavo de unos ojos bellos.
Interpretación: El relato muestra las emociones de un hombre que sufre por amar a una mujer y es que hay ocasiones en las que el amor causa dolor y es mejor dejarlo ir, aunque duela a aferrarse a él y morir lentamente, cada día un poco más, hasta ser un cuerpo sin alma que murió en vida por amor.
Primaveral
Mi dulce musa Delicia
me trajo un ánfora griega
cinculada en alabastro,
de vino de Naxos llena;
y una hermosa copa de oro,
la base henchida de perlas,
para que bebiese el vino
que es propicio a los poetas.
En el ánfora está Diana,
real, orgullosa y esbelta,
con su desnudez divina
y en su actitud cinegética.
Y en la copa luminosa
está Venus Citerea
tendida cerca de Adonis
que sus caricias desdeña.
No quiero el vino de Naxos
ni el ánfora de ansas bellas,
ni la copa donde Cipria
al gallardo Adonis ruega.
Quiero beber el amor
sólo en tu boca bermeja,
¡Oh amada mía! ¡En el dulce
tiempo de la primavera!
Interpretación: Es alguien expresándole a su amada lo que siente por ella y se lo explica utilizando la naturaleza, algunos animales, objetos, sentimientos y personajes de la mitología griega; porque lo que siente por ella lo relaciona con el bello sentimiento y sensación de la primavera.
Sonetos Áureos
Caupolicán
a Henrique Hernández Miyares
Es algo formidable que vio la vieja raza:
Robusto tronco de árbol al hombro de un campeón Salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
Blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón. Por casco sus cabellos, su pecho por coraza
Pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, Lancero de los bosques, Nemrod que todo lo caza, Desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día, Le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
Y siempre el tronco de árbol a cuestras del titán.
«¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta. Anduvo, anduvo, anduvo. La Aurora dijo: «Basta.» E irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
Interpretación: Honra la memoria de este líder indígena como un símbolo de valentía y resistencia frente a la opresión colonial, y sugiere la importancia de preservar y recordar la historia de la lucha por la libertad y la independencia en América Latina.
Referencias
El modernismo hispanoamericano - hiru. (s. f.). https://www.hiru.eus/es/literatura/el-modernismo-hispanoamericano
Cervantes, I. (s. f.). Biografía de Rubén Darío. https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/dario_ruben.htm
Felicidades por su trabajo, buenas interpretaciones y búsquedas
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